Dicen los que saben que es mejor estar callado y parecer idiota, que abrir la boca y demostrarlo. Esto que debería ser una preocupación individual de cada uno y con un cierto grado de autoestima procurando, por ejemplo, no hablar de lo que no se sabe y escuchar -escuchar mucho-, resulta que se ha convertido en algo mayor. Ahora no sólo el peligroso es el que dice la majadería, es que hay unos cuantos majaderos peores que se creen lo que dice el primero. Y como ya se sabe que el converso es el más fanático, pues vete tú a saber lo que puede suceder.
Ejemplos tenemos a montón, desgraciadamente. Dice Trump que en Springfield, los inmigrantes, se comen las mascotas de los buenos norteamericanos. Una bacanal de perros y gatos despanzurrados. Resultado: amenazas a la comunidad haitiana, que se ve que se la ve proclive a esa dieta.
Después tenemos que aguantar la cruzada que el PP ha iniciado sobre Venezuela y la democracia, un tema que mantiene sin respiración a Europa, sin duda. Y entre reconocimientos y dictadores, sale Feijóo en medio con tono presidencial a decir no se qué de gratuidad de la enseñanza de 0 a 3. El mismo que se cargó esa gratuidad en los libros, cuando era presidente de la Xunta.
Y por último, o penúltimo, a estas alturas habrá más, Isabel Díaz Ayuso da el discurso de estado de la comunidad en la que desde el primer minuto la tomó con Pedro Sánchez. Pero la apoteosis vino cuando dijo que invitaba a la gente mayor a venir a Madrid donde disfrutaría de un montón de ventajas y buena vida…. 7291.