Una definición breve. La geoestrategia es una rama de la geopolítica. La geopolítica estudia el comportamiento en términos de posición y poder a nivel internacional, mientras que la geoestrategia analiza los problemas de estrategia y seguridad nacional en relación con factores geográficos.
Valga esta definición para adentrarnos en el terreno de la historia para ver si sirve de algo. Geopolítica y su apéndice, la geoestrategia, han existido siempre y existirán. Son esas cosas que siempre andan por ahí hasta que alguien les pone un nombre. Tanto la una como la otra forman parte de los imperios antiguos, Egipto, Mesopotamia, Asiria y los más cercanos, Grecia y, por supuesto, Roma. El “Mare Nostrum”, área geoestratégica motivada por la geopolítica primero de orden republicano y después imperial.
¿Qué decir del Sacro Imperio Romano, de Bizancio, de la Iglesia, de los imperios español y portugués? Y si seguimos adelante, franceses, ingleses, alemanes, austriacos, turcos… La cuestión es que se quiera llamar o no así, o se considere que es un término del pasado, la palabra “imperio” es la que se mantiene constante. Han cambiado los medios, no las intenciones. Incluso me voy a arriesgar, tanto “geopolítica” como “geoestrategia” son sinónimos de imperio.
¿Y qué nos dice la historia? Pues que tarde o temprano la cosa se modifica y entonces ocurre un movimiento tectónico de consecuencias impredecibles generando nuevas variables. Y seguro que todo el mundo pensaba que lo que se vivía era inamovible y hasta eterno. Cojan cualquier ejemplo de los anteriores.
Ahora ese movimiento se ha producido un 2 de abril de 2025, fecha que puede llegar a salir en los libros de historia como final de lo que hemos llamado la globalización y que, al contrario de lo que pensábamos, puede haber llegado a su fin. El paso del tiempo lo dirá. Lo que es incontestable es que ha habido un movimiento tectónico con consecuencias; en geopolítica, eso se llama nuevo orden mundial (imperial, me encanta el término). ¿Hacia dónde?… La historia está para advertir y preparar, no para hacer profecías.