Anda el PP, de tema en tema, buscando como minar al gobierno de Pedro Sánchez de cualquier manera. Lo suyo es entrar como un elefante en una cacharrería, luego atisba los daños y si resulta que, como le sucede a cualquier idiota, en el sentido socrático de “ignorancia”, resulta que también sale perjudicado pues busca otra cosa y adelante. ¿Han vuelto a escuchar algo del caso “Koldo”? El mayor caso de corrupción de la historia de España cuando la hipérbole dominaba el tema. Fue aparecer el nombre de Tellado, ese portavoz del PP que ensaya cada mañana a ver qué barbaridad dice en los papeles del caso… y se acabó la cuestión.
Luego fue lo de Begoña Gómez, tema desaparecido tras el verano y cuyo último gran titular lo ha puesto uno de los mayores voceros de la derecha “El Mundo”, agárrense que vienen curvas: “Es mi esposa”… Hasta alguno ahí dentro debe de pensar que si siguen por ahí el siguiente será “Y esta mi hija”, “Y esta también”. De traca, la idiotez supina.
Pero llegó Venezuela. ¡Qué oportunidad para acusar al gobierno de Sánchez de chavismo! Está claro la colaboración con Maduro. El gobierno no reconoce los resultados, pide las actas, salvaguarda al líder de la oposición en la embajada de España, lo traslada y le da asilo, le recibe el presidente del gobierno… Blanco y en botella para el PP, una clara demostración de chavismo y apoyo a Maduro. Empieza los disparates con palabras gruesas, con acusaciones de dictadura en España. El más beligerante ese tipo apellidado González Pons, que tuvo la desfachatez o, mejor dicho, fachatez, palabro que me acabo de inventar aunque creo que su etimología está clara. Pues bien, el día que ETA entregó las armas dijo sin pudor, no lo conoce, que el PP siempre había apoyado al gobierno socialista en la lucha y jamás había hecho uso del tema… En fin. Ahora acusó a Sánchez de ser cómplice de un golpe de estado en Venezuela.
Mire señor González Pons y miembros y simpatizantes del PP en general, por aclarar las cosas, no desde la opinión, sino desde el dato histórico puro y duro. Algún idiota, en el sentido socrático de la palabra, lo discutirá seguro, cosas muy gordas se oyen. Las únicas experiencia dictatoriales en España han sido de derechas y no sólo eso, muy de derechas, la de Primo de Rivera y la de Francisco Franco, dictadura en la que se criaron la mayoría de los dirigentes de su partido, porque supongo que no dudan de la filiación política de sus fundadores. Dos golpes de estado, repito, golpes de estado, amparados y auspiciados por los sectores sociales que ustedes, con todo el derecho, defienden. Las dos veces la víctima fue el sistema parlamentario y el resultado unos cuantos años de ostracismo social y político a la sombra, siete en la primera y cuarenta en la segunda. Es decir, casi la mitad del siglo XX, y eso que podríamos hablar de los años 20, pero eso será otro día… “Golpe de estado” dicen. “Dictadura”, lo que doy por supuesto es que saben perfectamente de lo que hablan. Es de bien nacidos ser agradecidos.