L'Endavant. Altaveu dels i les socialistes de Catalunya

50 años no son nada

50 años no son nada

Nuestra historia de verdad comenzó hace 50 años. El dictador murió de anciano en su cama, dejando atrás una sociedad marcada por casi 40 años de paseo militar. Dejó atrás varias generaciones condicionadas por sus “no políticas”. Han pasado 50 años, que no son nada, y toca en 2025 recordar que empezó un cambio fundamental en nuestro país. Los y las socialistas fuimos protagonistas, junto con otros, de que ese nuevo escenario fuera pacífico y sensato. Nuestra forma de concebir la política siempre ha estado lejos de enfrentamientos violentos y, como siempre, nos dejamos la piel, hace años, para que antiguas confrontaciones irracionales no marcaran el futuro.

La dictadura partió de un acto ilegal, de un golpe, de la imposición del más fuerte, fue un régimen donde no hubo ni piedad, ni perdón, ni reconciliación, donde se pretendió aniquilar al contrario. No hubo tregua: el dictador asesinó desde el poder, física y anímicamente, a sus oponentes.

A pesar de la pretensión por blanquear el franquismo, nuestra obligación, como demócratas, es recordar lo que fue y lo que conseguimos entre todos tras su muerte. El dictador no fue derrocado. Su final tampoco fue inesperado. Todo fluyó desde el poder, presionados por una sociedad cada vez más consciente de que el régimen no podía continuar sin Franco.

El cambio real llegó pocos años más tarde, pero sin una decidida apuesta por una sociedad no tutelada y con sus protagonistas venidos de los diferentes ámbitos políticos, no hubiera sido posible. Su muerte en 1975 fue el inicio de una nueva España, en la que las generaciones presentes y futuras apostaron sin rencor, pero con memoria, por avanzar y no retroceder. De ahí la importancia de no olvidar jamás de dónde venimos.

Hubo una generación destruida, una generación que vio frustradas sus ansias de modernidad, hombres y mujeres que dejaron lo mejor bajo una cruel visión patrimonializadora del país que se apropió de la bandera, del himno, de una religión y hasta de la lengua. A esas generaciones les arrebataron la igualdad, los derechos, la libertad, la opinión… Al mismo tiempo, el miedo, el silencio y un destino gris sembró sus vidas. Una España triste, de falsa moral, con un arriba orgulloso y un abajo humillado.

Un país sin color vio crecer la siguiente generación de silenciosos, de habitantes sin aparente opinión y que el terror les marcó, donde el 50 % no pintaba nada, donde se sobrevivía sin esperanza de mejora. La peor política no dejaba ver a la mejor sociedad que demostró que una vez muerto el autócrata supo levantarse y dirigir desde la opinión y el voto a un país que nunca debió de romper el enganche europeo para convertirse, como ahora, en referente de muchos de los avances sociales que otros países observan e imitan con admiración. Un país orgulloso de su presente, de sus avances, del protagonismo de su sociedad en la vanguardia. De lo mejor en innovación y en mentalidad. Siempre con un partido, el socialista, que ha entendido que esta sociedad abierta, tolerante, de convivencia, empática y solidaria tendrá sus mejores oportunidades si se encuentra en las antípodas de esa España gris que algunos y algunas tienden a añorar.

La historia nos enseña lo que fuimos, a recordar a los que nos permitieron llegar donde estamos. El pasado no se puede corregir, pero sí conmemorar para no repetir. Estos 50 años son pocos años, pero suficientes para que las generaciones que recibimos una herencia triste, silenciosa y esperanzadora reconozcamos a todas y todos los que, desde muchas opciones y posiciones, hicieron posible la sociedad de hoy. Para que todos los que nos quieren mudos, sumisos y sin esperanza pierdan toda oportunidad de convertirnos en vivos sin alma, sin cultura, sin arte, sin color, sin mezcla, sin igualdad, sin derechos, sin diversidad y, sobre todo, sin ilusión.

Conmemorar los 50 años del inicio de un nuevo país en libertad no debería molestar a nadie. Nosotros y nosotras, los y las socialistas, expulsamos toda excusa y apostamos para que el 2025 sea el año de celebración del inicio de la esperanza, de avances y progreso.  Muchos no pudieron ni verlo ni disfrutarlo. Hay que dedicárselo a todas ellos y ellas.

  • Diputat socialista al Congrés. Portaveu a la Comissió d'Habitatge. Llicenciat en Geografia i Història, especialitat en Antropologia.

Més temes relacionats

Últimes novetats de l'Endavant!

Una millor administració local per una millor Catalunya

Una millor administració local per una millor Catalunya

[ccc_my_favorite_select_button post_id="63578"]
600 anys després, el Poble Gitano és part essencial de Catalunya

600 anys després, el Poble Gitano és part essencial de Catalunya

[ccc_my_favorite_select_button post_id="63564"]
Amb les pensions no s’hi juga

Amb les pensions no s’hi juga

[ccc_my_favorite_select_button post_id="63574"]
Patria Digna. La España que intentaron robarnos.

Patria Digna. La España que intentaron robarnos.

[ccc_my_favorite_select_button post_id="63531"]
La maldición del historiador

La maldición del historiador

[ccc_my_favorite_select_button post_id="63526"]
L’economia catalana i els fons europeus

L’economia catalana i els fons europeus

[ccc_my_favorite_select_button post_id="63520"]
2024, un año de legislatura, un año más de progreso

2024, un año de legislatura, un año más de progreso

[ccc_my_favorite_select_button post_id="63470"]
El Banc Sabadell… “vuelve a casa por normalidad”

El Banc Sabadell… “vuelve a casa por normalidad”

[ccc_my_favorite_select_button post_id="63506"]