Pasó el verano y hemos vivido el habitual paseíllo de portavoces del PP diciendo barbaridades para luego decir que no lo dijeron, pero de esto ya hablaremos. Después nos enteramos de que Lorca se suicidó, este tema es de especial interés y también dedicaré un ratito. Y también lo de Sajonia y Turingia, que me parece una de esas señales que la Historia deja por ahí y nadie ve.
Pero hoy quiero dedicar una líneas al desperdicio de capacidades que tiene este país. El talento y el saber está en todos los rincones, da igual la playa que la montaña o la ciudad.
Por supuesto todo el mundo sabe de fútbol, después una que ya saben que me fastidia especialmente, todo el mundo sabe de historia, pero luego resulta que hemos visto que los epidemiólogos estaban ocultos y salieron cuando el Covid-19, ahora reanimados porque su especialidad es la viruela del mono. Después resulta que también tenemos miles de vulcanólogos, que sabían el día a día de La Palma.
Ahora es el momento de los expertos en Derecho Tributario y Constitución. ¡Cuánta gente tiene en la mesilla la Carta Magna y la relee en busca de los resquicios por los que el gobierno cuela sus barbaridades! Pero además sin leer, virtud increíble, lo pactado para la investidura de Salvador Illa se oyen términos de uso común como “concierto” o “cupo”. Hacienda puede estar tranquila, es la institución más valorada y seguida por los españoles. Propongo suspender la Liga y retransmitir una reunión de inspectores, exitazo.
Se ha firmado lo que pone, hay que reunirse, pulirlo, ver lo que se puede hacer y lo que no se puede hacer, pasar por Las Cortes y yo, personalmente, como me reconozco ignorante en la materia pues escucho. Hay quien dijo una vez que más valía estar callado y parecer idiota, que abrir la boca y demostrarlo.